¡Nos lanzamos a una emocionante aventura desde Tandil hacia las cercanías del famoso Arroyo Chapaleofú! Un arroyo rebosante de vida, con una exuberante vegetación de sauces y acacias que nos envolvía en un manto verde. Desde el inicio, nos adentramos en un escenario salvaje y rústico que nos hizo palpitar de emoción.
Este arroyo, nuestro tesoro secreto, albergaba una diversidad de fauna asombrosa. Carpinchos y nutrias nadaban a nuestro lado, mientras que patos, garzas y un sinfín de aves nos deleitaban con su gracia y majestuosidad. Cada rincón escondía una sorpresa, un encuentro mágico con la naturaleza en su estado más puro.
A medida que avanzábamos, encontramos obstáculos desafiantes: diques de árboles caídos que bloqueaban nuestro paso. Con pasión y determinación, nos enfrentamos a ellos, navegándolos o caminando a su alrededor, buscando siempre la manera de superarlos y seguir nuestro camino. Cada momento era un desafío movilizante, que nos impulsaba a descubrir nuevos lugares y vivir experiencias únicas.
En medio de la mañana, hicimos una parada para recobrar fuerzas. Allí, disfrutamos de un desayuno con mates, compartiendo risas y energía renovada. Nos cargamos de vitalidad para seguir luchando contra las corrientes del arroyo y conquistar cada kilómetro restante de nuestra travesía.
Llegó el momento del almuerzo, cerca del mediodía, y nos premiamos con un exquisito festín. Nos deleitamos con platos preparados con cariño y dedicación, saboreando cada bocado mientras intercambiábamos historias y risas. Un merecido descanso nos permitió recargar energías antes de emprender los últimos 6 kilómetros que nos separaban de la meta.
Con la tarde acercándose, poco a poco divisamos el final de nuestra aventura. Bajo un puente, nos esperaba nuestro equipo de logística, siempre presente en cada travesía. Marcelito nos brindó asistencia, ayudándonos a cargar los materiales y preparando una merienda reconfortante. Los mates calentitos nos envolvieron, acompañando nuestra llegada triunfal.
Así fue nuestra jornada, llena de adrenalina, pasión y momentos inolvidables en el Arroyo Chapaleofú. Cada remada fue una expresión de nuestra conexión con la naturaleza, una muestra de nuestra valentía y amor por la aventura. Ahora, guardamos en nuestros corazones los recuerdos de un día intenso, marcado por el espíritu de superación y camaradería que nos une en cada travesía.
¡Durante nuestra emocionante travesía por el Arroyo Chapaleofú, también nos entregamos a la deliciosa gastronomía que nos acompañó en cada momento!
A media mañana, cuando nuestras energías necesitaban un impulso, disfrutamos de unas ricas galletitas que nos devolvieron la vitalidad. Acompañadas de mates calentitos, nos reconfortaron y nos dieron el impulso necesario para continuar nuestro recorrido con pasión y determinación.
Llegó el mediodía, y el aroma irresistible de una cocina al disco nos envolvió. Preparamos bifes de cerdo a la mostaza con miel, una combinación exquisita que se cocinaba a la perfección en el disco caliente. El sabor de la carne tierna y jugosa, impregnada con los sabores intensos de la mostaza y la miel, nos hizo agua la boca. Acompañamos este festín con una selección de cervezas variadas y gaseosas refrescantes, perfectas para maridar con nuestra comida rústica.
Pero la experiencia culinaria no terminó ahí. Al finalizar nuestro recorrido y alcanzar nuestro destino, nos esperaba una merienda de ensueño. Laureano, el hermano de uno de nuestros guías, nos sorprendió con su talento en la repostería casera. Degustamos una tarta de coco exquisita, con su masa crujiente y su relleno cremoso que nos hizo cerrar los ojos de placer. Además, disfrutamos de pastaflora casera, con su dulce relleno de membrillo y suaves capas de masa que se deshacían en la boca. Cada bocado era una explosión de sabor y el toque final perfecto para completar nuestra experiencia gastronómica.
La combinación de la aventura en el arroyo con la deliciosa gastronomía nos brindó una experiencia completa para todos los sentidos. La pasión por la naturaleza se fusionó con el placer de la buena comida, creando momentos inolvidables de camaradería y disfrute. Esta travesía quedará grabada en nuestros corazones como una experiencia llena de aventura, pasión y sabores inolvidables.