¡Oh, qué día tan épico tuvimos en el rincón del zorro! La verdad es que fue una aventura de esas que quedan grabadas en la memoria y en los corazones de todos los que participamos. ¿Quién iba a imaginar que un día para celebrar la amistad se convertiría en una competición tan divertida y emocionante?
Nos encontrábamos en la base de campamento, rodeados de troncos, redes y laberintos, ¡como niños en un parque de diversiones gigante! ¡Ya te digo que la emoción estaba a flor de piel! Decidimos armar seis equipos y, oh sí, el premio en juego era nada más y nada menos que dos descuentos para esos emocionantes viajes organizados por Iwimo Outdoor. ¡Eso sí que nos motivó a todos!
Los juegos que tuvimos que enfrentar eran de lo más variados y originales. ¿Has intentado alguna vez caminar como arañas entre redes? ¡Parecíamos un grupo de acróbatas extraños, pero las risas no paraban! Y el laberinto… ¡uf, qué desafío! Algunos salieron de ahí corriendo como si les persiguiera un fantasma. Y claro, no podían faltar los juegos de relevos, donde todos nos apoyábamos mutuamente, pero también generábamos más de un chocante y chistoso momento.
Y llegó el turno del juego del palo borracho. ¿Te imaginas a un montón de adultos girando alrededor de un palo y luego tratando de encontrar su camino? ¡Fue un caos hilarante! Estábamos tan desorientados que seguro habríamos terminado en otro continente si no hubiera límites.
Pero no todo fue pura diversión. También nos pusimos creativos y competitivos al atardecer. Cada equipo se esforzó por crear una canción pegajosa, diseñar estandartes llenos de color y encontrar un nombre que nos identificara. Definitivamente, todos estábamos dispuestos a defender con orgullo el título de equipo ganador.
A través de risas, desafíos y momentos de camaradería, este día se convirtió en una prueba de amistad y unión. Fue maravilloso ver cómo todos nos entregamos a la diversión y creamos recuerdos inolvidables. Nos reímos juntos, nos ayudamos mutuamente y, sobre todo, demostramos que la amistad es el mejor premio que podemos ganar.
Así que, queridos amigos de Iwimo Outdoor, gracias por hacer posible esta experiencia única. No solo nos proporcionaron momentos de alegría y locura, sino que también nos dieron la oportunidad de fortalecer nuestros lazos de amistad y conectar de una manera especial. ¡Definitivamente, este día quedará marcado en nuestros corazones para siempre! Y ya saben, si se atreven a organizar otra jornada como esta, ¡aquí estaremos listos para la próxima aventura! ¡Hasta la próxima locura, amigos! 🎉😄
En medio de los juegos y risas, se dieron un capricho con unas deliciosas tortas fritas de naranja con miel. ¡Una verdadera delicia que les llenó de energía para seguir disfrutando al máximo!
Sin embargo, la verdadera fiesta culinaria estaba reservada para la noche. Tras terminar la jornada, se prepararon para un festín que les dejó sin palabras. Comenzaron con bruschettas de morcilla al vino tinto con cherrys, una combinación audaz y deliciosa que hizo que se chuparan los dedos.
Pero eso no fue todo, ¡ni mucho menos! También se deleitaron con otras bruschettas, esta vez de Anduja con queso crema y ciruela negra, y de Porchetta con aceituna, así como una opción veggie con verduras salteadas. ¡Un torbellino de sabores que los dejó maravillados!
El plato principal fue una tapa de asado ahumada durante 4 horas con leña de eucalipto, que les hizo sentir que estaban en el paraíso culinario. Acompañado de verduras asadas al horno de barro, el plato se convirtió en una sinfonía de sabores en sus paladares.
Y, por supuesto, el dulce no podía faltar. Un budín de pan con dulce de leche que endulzó sus corazones y cerró la velada con broche de oro.
Los agradecimientos no podían faltar para los patrocinadores Las Dinas, Produlac y Frutihorticola Volver, quienes hicieron posible este banquete de ensueño. También a Ramiro, el guía y cocinero, por su talento y dedicación en la elaboración de estas maravillas y la gente que puso su granito de arena para ayudarlo en cada paso, y en la limpieza.
La noche continuó con una coctelería espectacular y una fiesta llena de luces y música para hacer la digestión más amena y entretenida.
Y a la mañana siguiente, los esperaba otra delicia, esta vez de la mano del Chef Laureano: café con leche y pastaflora, tarta de coco y budines variados para despedir la experiencia gastronómica con un sabor inolvidable.
En resumen, esta aventura en el rincón del zorro fue una jornada llena de emociones, risas y camaradería, pero sobre todo, una experiencia culinaria de otro nivel que quedará grabada en sus paladares y en sus corazones para siempre.
