Nuestra aventura en
Allen - Neuquén - Rio Negro
"Una forma de conectar con tu propia fortaleza... es admirar la fuerza de la naturaleza de la que formas parte"
"Aventura Allen: Conquistando Ríos, Enfrentando Vientos y Saboreando la Naturaleza"

Bitácora de Aventura

¡Con el espíritu de aventura ardiendo en nuestros corazones, un grupo de 30 valientes exploradores emprendimos un viaje épico hacia la enigmática ciudad de Allen Neuquén! Nuestro destino: los majestuosos ríos Limay y Negro, que fluían como venas de la tierra a través de paisajes de ensueño. Armados con kayaks y una pasión inquebrantable por la naturaleza, nos adentramos en un viaje que prometía desafíos y emociones sin igual.

Pero como siempre sucede en las grandes travesías, el destino tenía otros planes. El viento, un aliado impredecible, se convirtió en nuestro primer adversario. Los vientos furiosos, como dragones desatados, desafiaron nuestra determinación y nos obligaron a posponer nuestro encuentro con las aguas turbulentas. Sin embargo, los auténticos aventureros no se rinden ante la adversidad, ¡sino que buscan oportunidades en cada esquina!

Flexionando nuestra creatividad y adaptabilidad, redirigimos nuestro espíritu aventurero hacia tierras firmes. El Valle de la Luna Roja nos llamaba con su promesa de misterio y maravilla. Con pasos resueltos, iniciamos un trekking que nos llevó a través de formaciones rocosas que parecían esculpidas por los dioses antiguos. Cada pisada era un paso hacia lo desconocido, cada vista una recompensa por nuestra paciencia.

Pero el mundo natural aún no había revelado todos sus secretos. La Reserva Bubalco abrazó nuestros sentidos con su exuberante vida silvestre y paisajes que parecían sacados de un cuadro. Aquí, entre la flora y fauna que parecían vivir en armonía, encontramos la calma que anhelábamos después de los vientos desafiantes.

Y finalmente, como si los dioses del viento hubieran aceptado nuestras súplicas, los vientos se apaciguaron. Era nuestro momento, nuestra oportunidad de enfrentar las aguas. Con kayaks en mano y corazones latiendo al ritmo de la aventura, navegamos sobre el inmenso lienzo del Río Negro. Las aguas danzaban con cada remada, y el paisaje cambiante nos mantenía en un estado de asombro constante. La noche nos recibió en Allen, donde las luces brillaban como estrellas terrenales, y compartimos historias de nuestras hazañas junto a la cálida hoguera.

La aurora nos saludó con un nuevo día y nuevos horizontes. Emprendimos nuestro último tramo hacia General Roca, deslizándonos sobre las aguas que nos habían desafiado. Cada remada era un tributo a la tenacidad y la camaradería que habíamos compartido en este viaje lleno de giros inesperados.

Y mientras nuestra odisea llegaba a su fin, no podíamos dejar de agradecer a aquellos que habían sido nuestros pilares en la sombra. Mariano, un maestro de la logística, y su amigo Facu, cuyo ingenio nos había proporcionado refugio en un polideportivo, demostraron que la solidaridad y la generosidad son tan importantes en una aventura como la bravura misma.

Así concluyó nuestra epopeya en tierras neuquinas: una historia de vientos desafiantes, de adaptación y perseverancia, de la naturaleza que nos puso a prueba y nos recompensó con momentos de pura maravilla. Nos convertimos en leyendas de nuestros propios relatos, con el río y el viento como testigos de nuestra valentía. Y mientras regresamos a nuestras vidas cotidianas, sabemos que siempre llevaremos con nosotros el espíritu indomable de aquellos días en los que conquistamos ríos y vientos con la pasión de auténticos aventureros.

La gastronomía

Como si nuestra aventura no fuera lo suficientemente emocionante, también contamos con la destreza de un chef entre nosotros. Nuestros días en Allen se convirtieron en un festín para los sentidos, mientras explorábamos no solo los ríos y montañas, sino también los sabores y aromas de la región. Con frutas de estación a nuestro alcance, nuestro chef desplegó su magia culinaria para deleitar nuestros paladares.

Imagina la escena: en medio de un paraíso natural, rodeados por la majestuosidad de la naturaleza, nos embarcamos en una experiencia gastronómica como ninguna otra. Nuestras tiendas de campaña albergaban no solo ansias de aventura, sino también un espíritu de gourmets intrépidos.

Uno de los días, mientras los vientos aún aullaban su canción, nos refugiamos en la cocina improvisada y comenzamos a preparar pizzas caseras, cada una con su propio toque de creatividad. Desde la clásica margarita hasta la audaz combinación de hongos silvestres y queso azul, nuestras creaciones rivalizarían con las mejores pizzerías de la ciudad.

Pero la dulzura no se quedó atrás. En otra ocasión, transformamos las manzanas locales en un postre cremoso y reconfortante: el crumble de manzana. Cada cucharada era un tributo a la tierra que nos había dado tanto en esta travesía culinaria y aventurera.

La siguiente jornada trajo consigo el sabor ahumado y jugoso de las empanadas fritas de cordero y cerdo, mientras que las peras al vino tinto cerraban la comida con un toque de elegancia rústica.

Pero nuestra festín no se detuvo aquí. En días sucesivos, nos deleitamos con una abundante picada de las dinas, con quesos locales de la famosa produlac, y disfrutamos del reconfortante revuelto Gramajo, que nos brindó la energía necesaria para seguir explorando.

Los días de viento fueron reemplazados por el aroma tentador del asador, donde los chivitos se cocinaron a la perfección con ramitas de romero. Y cuando llegó el turno de los pollos a la parrilla de campo, acompañados de ensaladas frescas, supimos que estábamos saboreando la esencia misma de la tierra que habíamos conquistado.

Nuestras papilas gustativas se convirtieron en cómplices de esta aventura. Cada plato, cada bocado, era una celebración de nuestra exploración y nuestra conexión con la naturaleza. Y mientras el sol se ponía en el horizonte, dejándonos con el estómago lleno y el corazón más pleno aún, supimos que habíamos vivido una experiencia que abarcaba mucho más que los ríos y montañas: habíamos saboreado la verdadera esencia de la aventura.

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