¡Qué divertida aventura en el río Gualeguay! Permíteme contar la historia de una competencia de pesca que tuvo de todo: emoción, amistad y un giro inesperado.
Cada año, nos aventuramos en una travesía por el río Gualeguay, y como de costumbre, organizamos un torneo de pesca para atrapar la pieza más larga. Durante dos días y medio, los participantes se lanzaron al agua con la esperanza de ganar un premio increíble.
Hubo pescadores experimentados y otros no tan expertos. Pero entre ellos, había una amistad inquebrantable. Uno de los concursantes inexpertos era amigo cercano del favorito para ganar el torneo. ¡Vaya combinación!
Las últimas horas del último día de pesca llegaron con una lluvia persistente. El favorito logró pescar una pieza de 49 centímetros de largo y se perfilaba como el ganador. Sin embargo, quedaba una hora antes de que terminara el juego y pudiéramos dirigirnos en kayak hacia el puente de llegada.
El experto se sentía seguro y comenzó a festejar su victoria, ya que quedaban solo minutos para el cierre de la competencia. En ese momento, el inexperto novato desafió a su amigo con confianza y dijo: “Apuesto a que atrapo una pieza de 50 centímetros y, en la fiesta de fin de año, te disfrazarás de Mujer Maravilla”.
El experto, lleno de confianza, aceptó la apuesta, sabiendo que el otro no tenía posibilidades. Quedaban menos de 10 minutos y, de repente, la caña empezó a tensarse de forma inesperada bajo la lluvia. El inexperto corrió hacia su caña, con poca experiencia pero con determinación. Comenzó a recoger con todas sus fuerzas porque sentía algo pesado tirando del sedal.
Finalmente, llegó a la orilla y sacó un pez asombroso que nunca habíamos visto, llamado mandubí picó de pato. Lo medimos rápidamente para determinar su largo, y para nuestra sorpresa, ¡tenía 50 centímetros exactos!
El experto no podía creerlo, se quedó atónito. Había perdido su puesto, el premio y, sobre todo, la apuesta humillante de disfrazarse de Mujer Maravilla en nuestra fiesta de fin de año. Hasta el día de hoy, seguimos contando esta increíble historia que nos sucedió en el río Gualeguay.
¡Quién diría que la pesca podría ser tan emocionante y sorprendente!